
Y aquí empezó toda mi odisea.
Un simple propósito personal que ha conllevado un gran número de sentimientos apocalípticos, de los cuales empiezo a poder pasar sólo ahora.
Cómo bien decíamos, cuándo todo esto acabe, quizás encontremos la manera de recuperar la ilusión y las ganas de volver a dibujar.
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